El algoritmo de Google cambia de manera cíclica. Esto se debe a que los desarolladores buscan potenciar la eficacia de la herramienta de búsqueda y proporcionar comodidad a los usuarios, para lo cual es fundamental que el robot indexador cada vez sea más preciso a la hora de posicionar sitios webs, o en el momento en el que tiene que proporcionar a las personas que están buscando la información exacta que necesitan. Una de las últimas actualizaciones de Google aconteció en agosto de 2018, siendo la tercera en el año. Si la actualización anterior se centró en la Medical Update, la de agosto tuvo como principal objetivo optimizar la información relacionada con finanzas y salud, especialmente la nutrición.
Esto, sin embargo, presenta un inconveniente para los empresarios y creadores de sitios web relacionados con el cambio de algoritmo. Cuando hablamos de optimización de búsqueda de las web de este sector, nos referimos también a que Google, a partir de agosto, penaliza a las webs que no saben gestionar páginas con información sensible relacionada con dietas y dinero. Por ejemplo, las páginas que tienen como tema central las plantas medicinales, pueden verse afectadas, al menos si la información ofrecida no es precisa. Es imprescindible que los programadores investiguen los nuevos requisitos para adaptar el contenido y las palabras clave de sus páginas a los nuevos requisitos de Google.
Son muchos los aspectos del posicionamiento a los que afecta un cambio de algoritmo. Por ejemplo, el ranking. Si la página ha caído de posición tras una actualización de Google, hay que saber analizar y estudiar el motivo, para así poder diseñar una estrategia de recuperación de resultados. En el peor de los casos, puede directamente desaparecer del todo, con lo cual el mejor consejo es esperar un máximo de quince días, hasta que los cambios de algoritmo se estabilicen del todo.
Lo importante es recordar que, en la actualización de agosto, Google exige que las personas que ofrecen pedagogía online tengan reputación y acreditación reconocidas. Es decir, Google penaliza a quienes dan consejo sin haber sentado cátedra en los temas en cuestión.